Desde hace varios meses hemos trabajado promoviendo la interacción, por mutua conveniencia, de los fraccionamientos y condominios de la Región Sur-Poniente.

El principal motivo de esta iniciativa, es extender y promover la seguridad en toda esta zona, a través de la participación ciudadana activa y organizada.

Una vez lograda esta primera e importante fase de convivencia entre residentes de esta zona del Municipio de El Marqués, los beneficios del trabajo en conjunto se pueden extender hacia otras importantes áreas de interés común.

Les compartimos un interesante artículo que justifica la consolidación de una Asociación Ciudadana como la propuesta en la región Sur-Poniente y enlista algunos pasos a seguir para que juntos contribuyamos a mantener segura la demarcación en la que está construido nuestro fraccionamiento, Residencial del Parque. 

El lugar donde se ubica TU CASA...


Insumos para una gestión exitosa de seguridad ciudadana

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Flickr/Creative Commons
En el BID hemos hablado con muchos actores responsables de gestionar y gobernar la seguridad. Hemos hecho entrevistas e indagaciones, probado y evaluado diversas metodologías y programas, y realizado múltiples visitas a terreno. Y hemos realizado cinco Clínicas de discusiones con expertos, y vendrá una  sexta, que realizaremos en Ciudad de México, en la segunda semana de mayo.
¿Qué hemos aprendido en todo este proceso,  sobre cuáles serían los elementos necesarios para gobernar y gestionar la seguridad?
  1. Parta de una concepción concreta de seguridad ciudadana. Proyecte en su imaginación el tipo de seguridad ciudadana que quiere consolidar en su entorno geográfico concreto, consultando con sus asesores y con los ciudadanos.Detrás de una buena gestión de seguridad ciudadana suele haber una concepción predefinida de sus características, que le da perfil a los programas, rumbo a sus propósitos, claridad a sus hitos y metas más importantes. Por ejemplo, una seguridad ciudadana en la que los derechos sean protegidos y los deberes aplicados, donde una ciudadanía activa respeta las normas y acata la autoridad con sentido crítico. Pero hay otras miradas, según las cuales, por ejemplo, primero hay que reformar los códigos penales y modernizar las policías.
  2. Dele magnitud al problema. Para eso necesita información. Es necesario saber qué, cuándo, dónde y a quién afectan principalmente los problemas de seguridad. De lo contrario se moverá con los ojos tapados por caminos llenos de dificultades. Perderá recursos y no mejorará la seguridad. La ausencia de información confiable sobre las violencias y los delitos, es el mayor obstáculo con el que se enfrentan los tomadores de decisión para dar respuesta a la inseguridad.
  3. Hágase a una política pública de seguridad ciudadana legitimada. Impulse la discusión, diseño y elaboración de una política pública de seguridad ciudadana que responda a la concepción de seguridad ciudadana asumida. Eso le permitirá dar orden y prioridad a los problemas que le toca resolver, repasar el andamiaje institucional y jurídico con que cuenta, enlistar los actores principales,  bosquejar los programas más importantes, ponerse objetivos con calculadas cifras mínimas de logro.
  4. Haga un plan. Planifique, planifique mucho, ojala más allá del tiempo de su gestión. Eso le permitirá hacerse a una brújula y a un mapa sobre el cual moverse con ella. Sabrá qué tendrá que hacer primero y qué después, quienes serán los responsables. Tenga en cuenta que las prácticas más exitosas de seguridad ciudadana han trazado una especie de ruta ética de la gestión: primero, la preocupación por la vida, y la integridad personal, menos personas asesinadas, menos personas lesionadas, menos personas violadas, etc.; luego, en segundo lugar, la preocupación porque cada vez sufra menos el patrimonio de sus ciudadanos y de sus empresas, porque cada vez roben menos con uso de armas y de violencia y, luego que cada vez roben menos, simplemente; tercero, la preocupación por que las libertades ciudadanas no sean conculcadas y que los deberes sean cumplidos. Recuerde: planifique, con el criterio, primero, de salvar vidas.
  5. Piense en los recursos. Preocúpese por contar con los recursos financieros, humanos, técnicos y tecnológicos para alcanzar sus objetivos. La falta de recursos es uno de los grandes impedimentos para avanzar con mayor decisión en la respuesta a las problemáticas de seguridad ciudadana. Muchos alcaldes de la región, actuando con imaginación, han hecho de esta limitación una verdadera oportunidad: han hecho pactos con los ciudadanos, con la empresa privada, los taxistas, los tenderos, los dueños de establecimientos de rumba, para que, trabajando juntos, se cumplan objetivos concretos de mejora de la convivencia y la seguridad.
  6. Ajuste la institucionalidad a los propósitos que quiere cumplir. Si no tiene una oficina referente por el gobierno y los ciudadanos, de que allí, en ese y desde ese espacio, se manejan los problemas de inseguridad, cree esa oficina. Los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe ya lo han entendido desde hace rato. Han creado asesorías de despacho, secretarías, subsecretarías, oficinas especializadas. Y publicítelo. Los ciudadanos necesitan saber cuál es la oficina que responde por ese problema. La más exitosa de las invenciones latinoamericanas para la gobernanza de la seguridad a  nivel local han sido los consejos o comités  locales de seguridad ciudadana, donde todos se sientan a darle magnitud al problema que les toca atender, discuten opciones de políticas y programas, hacen seguimiento y control de lo actuado.
  7. Procure que el marco normativo le permitan avanzar en sus propósitos.Haga los ajustes que están a su alcance. De no poder hacerlo, porque no es de su competencia, anúncielo públicamente. Si no puede restringir, por ejemplo, el porte de armas en su jurisdicción, porque esa competencia es de un tercero, explíquelo bien. Los ciudadanos tienen que tener siempre a su alcancen la información de quién, con el respaldo de qué norma, hace qué cosas.
  8. Haga seguimiento constante a los programas que promueve y promocione su evaluación. Los comités locales de seguridad pueden servirle para eso, pero los observatorios también, los medios de comunicación, y sobre todo, los propios ciudadanos.
  9. Finalmente, comprometa al conjunto de las instituciones y de los actores. La seguridad no depende exclusivamente de Usted. Como bien público, es resultado de una acción de conjunto que depende de múltiples esfuerzos individuales  y colectivos, sectoriales y multisectoriales. Usted puede llevar la batuta, pero al final, la seguridad ciudadana de que se disfrute, será el resultado del esfuerzo de todos.


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